Hay palabras que te marcan, hay acciones que te cambian, sentimientos que nunca dejan de crecer, melodías que se escucha a lo lejos y te arrulla haciéndote olvidar lo que paso, hechizando tus ojos para que puedas volver a soñar. Pero recuerdos que siempre bailaran con el viento mientras sobre tu cabeza la luna se pinta de rojo y las estrellas no dejan de trenzar las emociones...
Alguna vez me imagine que la vida era como un carrusel, de aquellos que giran, giran, giran, estando llenos de situaciones, algunas cargan felicidad, donde la risa hace eco en el corazón; y claro otras en las que florecen lágrimas que reposan en las mejillas convirtiéndose en los diamantes mas tristes, pero nos enseñan mucho. Y cuando este para es cuando todo se calma dejandote ver todo detenidamente, es como ver el cielo sintiendo el pasto en tu espalda y la sombra acaricia tu frente junto a la brisa, dejando un nuevo turno para alguien mas....
Y al igual que los carruseles en la realidad también hay espectadores a los que no podemos dejar de ver, y ellos tampoco a nosotros, imaginando, esperando...
Pero hay algo que me encanta, son las melodías que siempre te acompañan en el viaje mientras todo sucede alrededor, haciendo que todo tome una nueva tonalidad. En mi carrusel tocan "Claire de Lune" de Debussy, unas de mis sonatas favoritas, cuando lo escucho me gusta ver la noche, sentir el cielo que se abre ante mis ojos y gira como en aquellas fotos que parece que el cielo baila para la lente.
Mi carrusel aun gira, no he descubierto todavía todas las sombras que intento ver mientras lo hace, pero mi sonata aun me acompaña....
